Con la entrada en vigor de amplios aranceles globales, los fuertes aumentos de precios en productos que van desde ropa hasta electrónica podrían recaer en gran medida sobre los consumidores estadounidenses. Ahora, un destacado analista tecnológico ha advertido de que el precio de un iPhone de Apple podría dispararse hasta los US$ 3.500 si se fabricara en Estados Unidos.
El presidente y sus funcionarios económicos prometieron que, como resultado de los aranceles, numerosos empleos manufactureros eventualmente serán “relocalizados” en Estados Unidos, empleando a millones de estadounidenses.
Pero Dan Ives, jefe global de investigación tecnológica de la firma de servicios financieros Wedbush Securities, dijo que la idea es una “historia ficticia”.
Los iPhones fabricados en Estados Unidos podrían costar más de tres veces su precio actual de alrededor de US$ 1.000, añadió, porque sería necesario replicar el altamente complejo ecosistema de producción que existe actualmente en Asia.