En una escena de película, un grupo de ladrones llevó a cabo un audaz robo a plena luz del día en el museo del Louvre, robando joyas napoleónicas de incalculable valor en una operación de cuatro minutos.
Los ladrones se dirigieron a la dorada Galería Apollon. Utilizaron un elevador de cesta para entrar al museo por una ventana, romper dos vitrinas y huir en motos con objetos de valor como collares, pendientes, un broche y dos coronas.
Una de las coronas, que perteneció a Eugenia, esposa de Napoleón III, contiene más de 1300 diamantes. Posteriormente fue encontrada rota.
El Louvre se ha enfrentado a problemas de seguridad debido a la sobrepoblación y la falta de personal, lo que ha generado vulnerabilidades que los ladrones han aprovechado.
El robo ha suscitado dudas sobre la eficacia de las medidas de seguridad del Louvre y la necesidad de reforzarlas. Las joyas robadas, con significado histórico y cultural, pueden ser difíciles de recuperar ya que los equipos profesionales a menudo las alteran para evitar ser detectadas.